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Carmen Mateos, madre de acogida de Saly Thiam

Era de madrugada. Hay lugares que habitualmente están tan concurridos que no nos percatamos de lo desolados que pueden llegar a estar si en ellos no hay gente y de pronto apareció Saly . Tras una jornada de nervios el encuentro fue una mezcla extraña de emociones pero por encima de todo una gran sensación de alivio y felicidad, después de 13 meses de lucha por fin estaba aquí nuestra Saly, esa personita con aspecto asustado y desvalido a la que ya sentíamos como parte de nuestra familia.