Marta Belda
Es la primera vez que realizo un voluntariado y tengo que decir que ha sido una experiencia inolvidable. En un principio mi único objetivo era ir a Senegal a ayudar, pero no sabia cómo hacerlo ni que me iba a encontrar. Todas mis dudas desaparecieron en el momento en que pisé Senegal, ya que nada mas llegar, la gente nos recibió con mucho cariño y poco a poco fui ayudando en las distintas dificultades que se nos iban presentando.
Me sorprendió la capacidad de adaptación e ingenio que puede tener el ser humano cuando no hay recursos suficientes, y por eso creo que el trabajo que hemos realizado con apenas un poco de información, un balón y mucho movimiento puede ser de gran ayuda. Me quedo con el recuerdo de una mujer que llegó con 2cm de dilatación y dio a luz a su hija en menos de hora y media en Casamance, conociendo que si había alguna complicación el hospital mas cercano estaba a una hora de distancia en barca. Recuerdo cómo disminuyó su dolor cuando empezó a moverse y a trabajar con el balón en la fase de dilatación, sin necesidad u opción real de epidural.
Sin embargo guardo una nota de amargura sabiendo que la mayoría de las niñas y mujeres no conocen nada del funcionamiento del cuerpo femenino, ya que muchas niñas vinieron a nuestra consulta por dolores antes o durante la regla sin saber porqué. Hoy en día damos por dada la tecnología y la libertad de información, pero yo me sorprendí al ver cómo las niñas podría utilizar internet para las redes sociales y no para la búsqueda de información. Pero claro, si no sabes que tienes que buscar ¿cómo lo vas a encontrar?
Por eso para mí, éste proyecto tiene tres pilares fundamentales: tratamiento de pacientes, formación de personal sanitario y para-sanitario y divulgación en los colegios. Estos pilares se complementan entre sí y dan la posibilidad de dar autonomía, para poder afrontar las dificultades a las que se enfrentan las mujeres africanas. En Senegal aprendí a vivir el momento presente y no a centrarme tanto en lo que podría pasar. Me llevo un gran recuerdo y espero volver pronto. Gracias a Be Mater & Be Mulier y a Yakaar África por darme la oportunidad de vivir esta experiencia, y especialmente a Nerea Roldán Galdós por confiar en mí desde el principio.